lunes, 17 de octubre de 2011

Bogotá se merece a Peñalosa

FABIO ARÉVALO ROSERO MD*

Tomás Édison vivió de fracaso en fracaso hasta hacer realidad muchos de sus sueños para el bien de la humanidad. Alguna vez expresó: “El genio es uno por ciento inspiración y 99 por ciento transpiración”. Demostró que con tanta capacidad nos desperdiciamos y perdemos el entusiasmo ante los primeros reveses. Afirmaba: “Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito”. El famoso inventor terminó reconocido en su época como la personalidad más grande de los EEUU.

Enrique Peñalosa (EP), por sus orígenes tiene alguna cercanía con Édison. Pero más por su capacidad de soñar y perseverar para alcanzar sus ideales. Es la quinta vez que aspira a la Alcaldía de Bogotá. Ya lo logró en una oportunidad enfrentando a un candidato relativamente fácil (Moreno de Caro). Hoy nadie medianamente sensato, puede desconocer que Bogotá era una antes de Peñalosa y otra después de su gestión de sólo 36 meses.

Es uno de los mejores urbanistas del mundo, un científico de ciudad. Por ello es Presidente de una prestigiosa organización en este campo, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP). Es un hombre brillante a pesar de ser como él lo reconoce, “mal político” y máxime ante el riesgo que significa hacer ejercicio electoral en una sociedad condicionada, prevenida y susceptible de ser manipulada demagógicamente.

Fue por eso que no ganó hace cuatro años siendo el candidato más competente. Samuel Moreno triunfó ofreciendo un Metro irrealizable y con una poderosa “anticampaña” capaz de doblegar una decisión legítima. Hoy Bogotá padece las consecuencias de no tener a uno de los grandes gerentes que pueda conseguirse en el espectro mundial. Por su capacidad y visión muchas capitales del planeta lo quisieran como su conductor.

Para el común de la gente sus fortalezas no son muy visibles. Engañosamente es percibido como arrogante, elitista o inabordable. No es cierto, aunque tampoco tiene tinte populista. Posee enorme sensibilidad y más aun, una pragmática visión de equidad más allá de los viejos discursos de izquierda. No sirve para demagogo y hace campaña sobre realidades, lo cual no es buen negocio electoral. Tal vez por esas debilidades políticas, quiso corregir errores recibiendo apoyo de partidos más tradicionales y del mismo Uribe.

Esto último fue controvertido. Muchos lo percibieron como claudicación de principios, lo cual es falso. Peñalosa es lo suficientemente maduro y con luz propia para tomar decisiones ahora y si es elegido alcalde. No podía darse el lujo de rechazar a los seguidores del expresidente y su partido, lo cual es buena estrategia electoral. La salida de Mockus no fue tanto un acto de coherencia, su ego le impedía resignarse a no ser candidato, así sea fugaz como ocurrió cuando renunció a la alcaldía para ser candidato presidencial.

Su contendor más próximo es Petro, hombre honesto y brillante. Excepcional congresista, pero está sacrificando su opción de aspirar en mejores condiciones a la presidencia. Difícilmente podría ser mejor alcalde que EP. Sus intenciones son las mejores, pero tiene desventajas gerenciales y de equipo especializado en temas urbanos. Además Bogotá debe volver a ser referente internacional y puerta de entrada a Suramérica. Para ello se requieren extraordinarias relaciones y contactos con la mayoría de países del mundo. Eso lo tiene EP.

De ganar EP, tendría gratitud por el expresidente Uribe, la U y otros partidos, pero la decisión de gobernar será solamente suya. Se rodeará conformando equipo con los mejores que pueda conseguir sin calcular de que partido son. Es su talante. Y si no gana, Bogotá perderá una de sus mejores oportunidades de desarrollo y de constituirse en una urbe modelo para el mundo. Los electores bogotanos que tengan dudas, los confundidos, (engañados) deberían superar cualquier prevención, desinformación y ayudar a elegir a EP como su alcalde. Lo agradecerán infinitamente. “Cada pueblo tiene los gobernantes que se merece”. Es hora de arriesgarse a pensar en grande y tener derecho a lo mejor. Bogotá se merece a Peñalosa.

Apostilla: Esta nota no está hecha desde ningún contexto partidista. Solo desde la visión técnica y por tanta desinformación con intereses propios. Prefiero mantener la independencia y respeto profundamente las posiciones políticas de cada uno.

*Consultor WORLD STREETS
Director Científico FUNDACIÓN DESPACIO (Slow Research)
Campeón del Mundo – JMS 2011

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